miércoles, 20 de agosto de 2014

San Mamés dictará sentencia

Era todo un desafío comprobar quien rugía más, si el imbatido San Paolo o el Athletic. Fue combate nulo y que lo celebraron los leones, a quien un oportuno gol de Iker Muniain sitúa la eliminatoria en ventana bajo el manto de su gran santo, San Mamés. Los de Valverde pasaron de la gloria al pánico tras la igualada de Higuaín y se cobijaron en Iraizoz.

Superado el miedo inicial, cuando el Athletic acusó la transcendencia del choque y no se atrevió a combinar, los leones entendieron que el Nápoles no parecía tan lobo como lo pintaban y empezaron a encontrar espacios. Avisaron Hamsik e Insigne, pero Laporte y Aduriz disfrutaron de dos buenas ocasiones de cabeza.

Entonces, apareció De Marcos con una decisión fantástica. Irrumpió al borde del área como un portento físico y tuvo la serenidad de ver a Muniain desmarcado en el pase atrás. Iker, que jugó en plan estrella, no perdonó y puso a los leones con un 0-1 riquísimo.

Daba la sensación de que el Athletic podía buscar el segundo, pero la clase de Higuaín le metió de nuevo en el infierno. El Pipita se fabricó solito el gol del empate cuando no había aparecido hasta entonces por el campo. Pudo ponerse peor la cosa, porque a renglón seguido falló Callejón una ocasión inmejorable.
Valverde sacrificó a Beñat para armar más el medio campo con San José, pero el invento no funcionó. Todo fue a peor ante la avalancha de los de Benítez, que se iluminó con la entrada de Mertens.
El Athletic sudará para meterse en la fase de grupos, pero superó un duro trago. Otra vez, San Mamés dictará sentencia.

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