Por Jon Fernández Mur (@Mur_98)
Pocos equipos hay en la Liga BBVA tan sólidos como esta Real Sociedad de David Moyes. El técnico escocés ha lavado la cara al equipo, aunque su tiempo le ha costado revertir la situación y mirar hacia arriba. Pese a no jugar un fútbol extremadamente vistoso como en la época de Philippe Montanier, los de Moyes son sólidos por encima de todo. Esa es la palabra que les define. Solidez.
La Rosaleda acogía en una bonita noche primaveral el choque entre dos aspirantes a jugar en Europa la temporada que viene. El Málaga, que tan buena temporada está haciendo, ocupa la séptima plaza y quiere afianzarse en ella, mientras que la Real, novena antes del inicio de la jornada, quería recortar puntos y acercarse a los de Javi Gracia, aunque el empate no estaba mal visto por Moyes, según lo que pudimos ver en el transcurso del choque.
En ambos onces teníamos alguna sorpresa, ya que en la Real Zaldúa jugaba en la posición habitual de Carlos Martínez, Markel Bergara volvía a ser titular, y Carlos Vela se caía de la convocatoria por sus molestias. Por parte del Málaga, Camacho estaba lesionado y no pudo jugar. Recio entró en su lugar.
En los primeros minutos vimos a un Málaga dominante y a una Real dominada. Los de Javi Gracia llegaron incluso a introducir el balón en la portería de Rulli, pero en ambas ocasiones el colegiado anuló el gol. La primera, por fuera de juego del internacional español Juanmi, y la segunda por falta de Amrabat. Parece que el árbitro acertó en ambas acciones. Boka, Castillejo y Samuel García se mostraron muy incisivos por sus respectivas bandas y llevaron mucho peligro.
Sin embargo, a partir del minuto veinte, la Real logró estabilizar el partido -en otras palabras, hacerlo aburrido-, y el encuentro se convirtió en una lucha de centrocampistas en la que no había ocasiones de gol. La solidez del equipo de Moyes lograba que el resultado al descanso fuese el de 0-0. De hecho, Granero y Castro tuvieron sendas ocasiones para adelantar al conjunto vasco.
Al comienzo de la segunda mitad todo parecía seguir igual, hasta que Recio remató una falta lateral al fondo del arco de Rulli. Ni la defensa ni el portero argentino estuvieron muy acertados en esta acción.
A partir de ahí, el Málaga jugó con más calma y más cautela, y el choque volvió a esa fase bastante sosa en la que no pasaba nada. Estuvo a punto de empatar la Real en una contra en la que solo falló el control final del Chory Castro, que permitió que Kameni atajara el esférico.
Se fueron sucediendo los cambios, y entraron Ricardo Horta por Samu y Duda por Juanmi en el Málaga, mientras que en la Real ingresaron al terreno de juego Pardo por Granero, Hervías por Canales y Finnbogasson por el Chory Castro.
Sin embargo, cuando parecía que el 1-0 iba a ser el resultado final, tras una buena jugada de la Real, Rubén Pardo disparó desde la frontal y logró el tanto del empate batiendo a Kameni. Los de Moyes se dedicaron entonces a ser sólidos, que es lo que mejor hacen, y a no conceder ocasiones hasta el final.
Y así fue. A pesar de que entró Javi Guerra por Amrabat, nadie consiguió cambiar el signo del choque. Empate a uno que deja satisfechos a ambos, ya que el Málaga amplía su ventaja sobre el octavo hasta los seis puntos mientras que la Real se lleva un punto de un campo complicado como La Rosaleda.
En la próxima jornada, los de Moyes jugarán ante el Atlético de Madrid en el Calderón el martes a las ocho, mientras que el Málaga visitará Ipurúa a las diez.
Pocos equipos hay en la Liga BBVA tan sólidos como esta Real Sociedad de David Moyes. El técnico escocés ha lavado la cara al equipo, aunque su tiempo le ha costado revertir la situación y mirar hacia arriba. Pese a no jugar un fútbol extremadamente vistoso como en la época de Philippe Montanier, los de Moyes son sólidos por encima de todo. Esa es la palabra que les define. Solidez.
La Rosaleda acogía en una bonita noche primaveral el choque entre dos aspirantes a jugar en Europa la temporada que viene. El Málaga, que tan buena temporada está haciendo, ocupa la séptima plaza y quiere afianzarse en ella, mientras que la Real, novena antes del inicio de la jornada, quería recortar puntos y acercarse a los de Javi Gracia, aunque el empate no estaba mal visto por Moyes, según lo que pudimos ver en el transcurso del choque.
En ambos onces teníamos alguna sorpresa, ya que en la Real Zaldúa jugaba en la posición habitual de Carlos Martínez, Markel Bergara volvía a ser titular, y Carlos Vela se caía de la convocatoria por sus molestias. Por parte del Málaga, Camacho estaba lesionado y no pudo jugar. Recio entró en su lugar.
En los primeros minutos vimos a un Málaga dominante y a una Real dominada. Los de Javi Gracia llegaron incluso a introducir el balón en la portería de Rulli, pero en ambas ocasiones el colegiado anuló el gol. La primera, por fuera de juego del internacional español Juanmi, y la segunda por falta de Amrabat. Parece que el árbitro acertó en ambas acciones. Boka, Castillejo y Samuel García se mostraron muy incisivos por sus respectivas bandas y llevaron mucho peligro.
Sin embargo, a partir del minuto veinte, la Real logró estabilizar el partido -en otras palabras, hacerlo aburrido-, y el encuentro se convirtió en una lucha de centrocampistas en la que no había ocasiones de gol. La solidez del equipo de Moyes lograba que el resultado al descanso fuese el de 0-0. De hecho, Granero y Castro tuvieron sendas ocasiones para adelantar al conjunto vasco.
Al comienzo de la segunda mitad todo parecía seguir igual, hasta que Recio remató una falta lateral al fondo del arco de Rulli. Ni la defensa ni el portero argentino estuvieron muy acertados en esta acción.
A partir de ahí, el Málaga jugó con más calma y más cautela, y el choque volvió a esa fase bastante sosa en la que no pasaba nada. Estuvo a punto de empatar la Real en una contra en la que solo falló el control final del Chory Castro, que permitió que Kameni atajara el esférico.
Se fueron sucediendo los cambios, y entraron Ricardo Horta por Samu y Duda por Juanmi en el Málaga, mientras que en la Real ingresaron al terreno de juego Pardo por Granero, Hervías por Canales y Finnbogasson por el Chory Castro.
Sin embargo, cuando parecía que el 1-0 iba a ser el resultado final, tras una buena jugada de la Real, Rubén Pardo disparó desde la frontal y logró el tanto del empate batiendo a Kameni. Los de Moyes se dedicaron entonces a ser sólidos, que es lo que mejor hacen, y a no conceder ocasiones hasta el final.
Y así fue. A pesar de que entró Javi Guerra por Amrabat, nadie consiguió cambiar el signo del choque. Empate a uno que deja satisfechos a ambos, ya que el Málaga amplía su ventaja sobre el octavo hasta los seis puntos mientras que la Real se lleva un punto de un campo complicado como La Rosaleda.
En la próxima jornada, los de Moyes jugarán ante el Atlético de Madrid en el Calderón el martes a las ocho, mientras que el Málaga visitará Ipurúa a las diez.
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