Por Luis Vega Castillo (@Luisletal)
Tablas, 45 minutos para cada uno y una eliminatoria que sigue más que abierta esperando desenlace. Fue un gran partido, ocasiones, buen juego, detalles individuales... lo tuvo todo a excepción de goles.
Un Claderón hasta la bandera y eufórico, mostrando su mosaico y atestado de tifos, vio como el Madrid cogió el balón y lo dominó prácticamente desde que se pitó el inicio del encuentro. Llegando aun más lejos pudo ver como tras un error de Godín de otra época, Bale se plantaba solo ante Oblak. La parada increíble del esloveno arrancó la primera ovación del encuentro y lo alzó nuevamente como héroe, pues sería su noche.
Tras el primer aviso más que sustancial el campeón de Europa, confiado, empezó a desarrollar un juego de dominio total por medio de sus jugadores más talentosos, Modric, Kroos y James además de un Marcelo que actuaba como extremo la mayor parte del tiempo.
Acompañando a este dominio merengue se sumó el resto de la exhibición de Oblak. Durante los 30 primeros minutos dejó otras tres intervenciones para enmarcar. La primera fue nuevamente a Bale que ejecutó un zurdazo lejano de esos que llegan con bote y complicación pero Jan lo repelió con contundencia. Posteriormente sería a James por dos veces, la primera tras un disparo bellísimo con el exterior de la pierna izquierda y luego un tiro cruzado que terminaba tras una carrera infinita de área a área protagonizada por Varane. El francés se mostró rápido y expeditivo durante todo el encuentro.
A partir de la media hora el Madrid bajó algo el ritmo y el Atleti apoyado por su incansable afición empezó a estirarse en sus salidas y a conseguir varios saques de esquina y algunas faltas laterales siempre peligrosas que le dieron aire y algo más de confianza después del arranque fulgurante de los de Ancelotti.
Quedó patente la reacción cuando en el minuto 38 tras un mal pase de Ramos desde la zaga, Griezmman disparó a la media vuelta obligando a Casillas a intervenir. Sirvió esto para que el Madrid se diese cuenta de que no hay tranquilidad posible en el Calderón y que los "casi" o los "uy!" no son goles. Se dio por finalizada así la primera parte de dominio madridista.
La segunda fue otro cantar. Sin cambios, el Atlético salió de otra manera con un Arda mucho más inspirado y con Gabi y Mario más acertados, empezaron los rojiblancos a hacerse con el dominio del balón y el peligro, Juanfran llegaba por banda derecha colgando balones muy peligrosos.
Fue entonces el turno de Mandzukic, que en la primera parte apenas había estado en las cercanías del área de Casillas. El 9 atlético volvió a desquiciar a toda la defensa. Acabó con la ceja rota tras un codazo de Ramos cuando intentaba rematar un centro de Griezmann y más tarde recibiría una agresión en forma de puñetazo de Carvajal en el área que habría supuesto el penalti y la expulsión del lateral si el colegiado lo hubiese visto.
Dejó también Arda una de esas jugadas messianicas en las que arranca con el balón y como si fuese a beber agua se planta en la cocina del rival, pero tras dejar sentados a Kroos, Bale, Ramos y James, el turco falló el último pase.
El partido entró en otra dinámica. Con un ritmo más pausado y mayor posesión atlética, El Cholo sustituyó a Griezmann por Raúl García y a Koke por Fernando Torres. Ambos cambios, por increíbles que parezcan, fueron acertados. Raúl García sacó del partido a Ramos costándole la amarilla al central. Por su lado Fernando Torres dejó dos ocasiones muy claras. Una en un centro dividido que no alcanzó Casillas y terminó empalando Mandzukic pero Arbeloa, que había sustituido a Carvajal, recibió el impacto con el abdomen evitando el gol. La segunda fue una cabalgada en la que regateó a Ramos en el área pero el de Camas no picó a la segunda y le robó el balón. Reclamó penalti el Calderón, pero no lo había.
Terminó el Atlético asediando a Casillas con una semi volea de Mario Suárez que intentó rebañar Raúl García. También se vieron dos tarjetas amarillas condicionantes como las que recibieron el propio Mario por parte de los locales y Marcelo por los madridistas. Ambos se perderán la vuelta en el Bernabeu.
Terminó así un encuentro apasionante, en el que tras el intercambio de golpes ambos equipos dieron por bueno el empate sin goles. Todo se decidirá en Chamartín.
Tablas, 45 minutos para cada uno y una eliminatoria que sigue más que abierta esperando desenlace. Fue un gran partido, ocasiones, buen juego, detalles individuales... lo tuvo todo a excepción de goles.
Un Claderón hasta la bandera y eufórico, mostrando su mosaico y atestado de tifos, vio como el Madrid cogió el balón y lo dominó prácticamente desde que se pitó el inicio del encuentro. Llegando aun más lejos pudo ver como tras un error de Godín de otra época, Bale se plantaba solo ante Oblak. La parada increíble del esloveno arrancó la primera ovación del encuentro y lo alzó nuevamente como héroe, pues sería su noche.
Tras el primer aviso más que sustancial el campeón de Europa, confiado, empezó a desarrollar un juego de dominio total por medio de sus jugadores más talentosos, Modric, Kroos y James además de un Marcelo que actuaba como extremo la mayor parte del tiempo.
Acompañando a este dominio merengue se sumó el resto de la exhibición de Oblak. Durante los 30 primeros minutos dejó otras tres intervenciones para enmarcar. La primera fue nuevamente a Bale que ejecutó un zurdazo lejano de esos que llegan con bote y complicación pero Jan lo repelió con contundencia. Posteriormente sería a James por dos veces, la primera tras un disparo bellísimo con el exterior de la pierna izquierda y luego un tiro cruzado que terminaba tras una carrera infinita de área a área protagonizada por Varane. El francés se mostró rápido y expeditivo durante todo el encuentro. A partir de la media hora el Madrid bajó algo el ritmo y el Atleti apoyado por su incansable afición empezó a estirarse en sus salidas y a conseguir varios saques de esquina y algunas faltas laterales siempre peligrosas que le dieron aire y algo más de confianza después del arranque fulgurante de los de Ancelotti.
Quedó patente la reacción cuando en el minuto 38 tras un mal pase de Ramos desde la zaga, Griezmman disparó a la media vuelta obligando a Casillas a intervenir. Sirvió esto para que el Madrid se diese cuenta de que no hay tranquilidad posible en el Calderón y que los "casi" o los "uy!" no son goles. Se dio por finalizada así la primera parte de dominio madridista.
La segunda fue otro cantar. Sin cambios, el Atlético salió de otra manera con un Arda mucho más inspirado y con Gabi y Mario más acertados, empezaron los rojiblancos a hacerse con el dominio del balón y el peligro, Juanfran llegaba por banda derecha colgando balones muy peligrosos.Fue entonces el turno de Mandzukic, que en la primera parte apenas había estado en las cercanías del área de Casillas. El 9 atlético volvió a desquiciar a toda la defensa. Acabó con la ceja rota tras un codazo de Ramos cuando intentaba rematar un centro de Griezmann y más tarde recibiría una agresión en forma de puñetazo de Carvajal en el área que habría supuesto el penalti y la expulsión del lateral si el colegiado lo hubiese visto.
Dejó también Arda una de esas jugadas messianicas en las que arranca con el balón y como si fuese a beber agua se planta en la cocina del rival, pero tras dejar sentados a Kroos, Bale, Ramos y James, el turco falló el último pase.
El partido entró en otra dinámica. Con un ritmo más pausado y mayor posesión atlética, El Cholo sustituyó a Griezmann por Raúl García y a Koke por Fernando Torres. Ambos cambios, por increíbles que parezcan, fueron acertados. Raúl García sacó del partido a Ramos costándole la amarilla al central. Por su lado Fernando Torres dejó dos ocasiones muy claras. Una en un centro dividido que no alcanzó Casillas y terminó empalando Mandzukic pero Arbeloa, que había sustituido a Carvajal, recibió el impacto con el abdomen evitando el gol. La segunda fue una cabalgada en la que regateó a Ramos en el área pero el de Camas no picó a la segunda y le robó el balón. Reclamó penalti el Calderón, pero no lo había.
Terminó el Atlético asediando a Casillas con una semi volea de Mario Suárez que intentó rebañar Raúl García. También se vieron dos tarjetas amarillas condicionantes como las que recibieron el propio Mario por parte de los locales y Marcelo por los madridistas. Ambos se perderán la vuelta en el Bernabeu.
Terminó así un encuentro apasionante, en el que tras el intercambio de golpes ambos equipos dieron por bueno el empate sin goles. Todo se decidirá en Chamartín.
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