En Stamford Bridge se vieron las caras estos viejos conocidos. En la Champions anterior el duelo había sido para los londinenses tanto en el bellísimo Veltins Arena como en Stamford Bridge, en ambas oportunidades por marcador de 3-0. El Chelsea venía de ganar sus primeros cuatro encuentros de Premier League con un Diego Costa intratable que, por sorpresa, no fue titular. Mourinho debutaba en esta Champions con el club inglés de sus amores y alineó a sus hombres así en el 4-3-3 habitual: Courtois; Ivanovic, Cahill, Terry, Filipe Luis; Ramires, , Fábregas, Matic; Willian, Drogba, Hazard. Por otro lado el Schalke, venía de ser eliminado de la Copa de Alemania y con un rendimiento bajo en su liga local. Los de Gelserkirchen saltaban a la cancha con este once titular: Fährmann; Höger, Ayhan, Neustädter, Fuchs; Aogo, Boateng; Draxler, Meyer, Sam; Huntelaar.
Cesc Fàbregas |
El gol fue un duro golpe para los ánimos del equipo alemán, Tras la primera anotación fueron los locales quienes dominaron el juego, y con un juego de toque y dinámica llegaban las aproximaciones. La más clara tras el gol la tuvo Fábregas tras una hermosa jugada colectiva, después de una gran asistencia lo tuvo cerca del punto del penal sólo para enviar el balón a las gradas. En el banco Mourinho se agarraba la cabeza, pues sabía que eso podía pesar al final. Fábregas se adelantó desprendiéndose de la línea de tres que planteó el portugués y se adelantó formando un 4-2-3-1 con Cesc detrás de Drogba. Daba la sensación de que en cualquier momento caería el segundo gol que diera el KO a los alemanes.
El equipo germano no llegaba mucho; parecía no tener hambre de gol. Tocaba hasta llegar a la puerta del área y seguía abriendo el juego; le faltó verticalidad. Kevin Prince Boateng intentó igualar el marcador con un par de tiros desde media distancia, el primero fue bloqueado y el segundo lo alcanzó a sacar el joven, pero experimentado, arquero belga. Julian Draxler también tuvo su oportunidad: el alemán se fue acercando a la portería entre los defensores del Chelsea y, tras engañar a Cahill con una hermosa finta, encontró el espacio para tirar el latigazo de zurda ante la salida de Courtois. El disparo se fue besando el palo izquierdo, no quería entrar. Sam también lo intentó enganchado desde la derecha a lo Robben pero su remate no inquietó a Courtois.
Schürrle entre defensas |
En el minuto 62 pasó lo impensado. El Schalke, con muy poco juego, llegó al gol. Después de que Huntelaar le sacara la pelota a Cesc, Draxler recibió el balón. El habilidoso volante, comandó un contragolpe que parecía no prometer. El alemán se fue aproximando con balón dominado a zona de riesgo y, justo cuando parecía que perdería el balón ante la presión de Matic, logró ubicar a Klaas-Jan que desde la izquierda enganchó y sacó un remate que se coló por la derecha de Courtois a ras de piso. El equipo alemán lo celebró a rabiar. Mourinho sacudió el banco tras el empate e ingresaron Oscar, Remy y Diego Costa. Toda la carne iba al asador para sacar la victoria. El Schalke se defendió bien y mojó la pólvora del equipo londinense que jamás encontró los espacios. Parecía que la única fórmula era tirar centros y así lo intentaron sin éxito. Cahill y Terry se aproximaron al gol con dos cabezazos pero el gol de la victoria no llegaba. El árbitro dio el final de una contienda en la cual Chelsea no aprovechó sus momentos y perdonó a un Schalke que, mostrando muy poco, sacó un punto en casa del rival más complicado del grupo.
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