lunes, 29 de septiembre de 2014

Tenerife 2-1 Las Palmas: El derbi se queda en Tenerife


Por Nehemias Dorta (@NehemiasDorta)


Como ya se venía diciendo al lo largo de esta semana, en un partido tan especial como lo es un derbi, da igual cómo vengan los dos equipos. Un derbi es capaz de romper con cualquier estadística, es capaz de levantar la moral a los que estaban hundidos y de despertar a los que venían como favoritos. Y eso es lo que ha ocurrido esta mañana en el Heliodoro Rodríguez López. El Tenerife, que en cinco jornadas sólo había conseguido 4 puntos y estaba en puestos de descenso, se ha impuesto con justicia al líder, al UD Las Palmas, que hasta la fecha era de los pocos equipos que tenía el cartel de invicto.

Espectacular el ambiente en el estadio tinerfeño. De los 17000 espectadores congregados, más de 2000 eran amarillos. Ambiente de fiesta en las gradas para un partido que no decepcionó. Antes del comienzo de partido, se guardó un minuto de silencio en memoria del padre de Roberto, el portero local, recientemente fallecido.

El planteamiento de los de Cervera fue claro desde el inicio de partido: presión muy adelantada y no dejar crear a los cerebros del equipo rival. En ataque, mucho juego por las bandas. Suso en la derecha y Guarrotxena en la izquierda fueron una pesadilla para los laterales amarillos, Ángel López y David Simón. Los papeles se cambiaron, a diferencia de los anteriores encuentros, era el Tenerife el que llevaba el peso del partido y era Las Palmas la que intentaba crear peligro a la contra.


Y en una de esas contras se adelantó el conjunto visitante. Balón interior filtrado a Sergio Araujo. El argentino, actual pichichi de la competición, en vez de buscar la jugada personal ve a Nauzet Alemán desmarcado en al área. Y el extremo canario sorprendió a todo el estadio. En vez de disparar a puerta, deja pasar el balón para que Momo, fuera de marca, se sacara un misil con la pierna derecha que se coló por la escuadra de Roberto. Un auténtico golazo que provocó la euforia en la afición visitante.

A raíz del gol amarillo, se esperaba que el Tenerife bajara los brazos. Seguramente en un partido normal hubiera pasado eso. Pero esto no era un partido normal. Esto era un derbi. Y un derbi significa intensidad los 90 minutos. Y, espoleados por su afición, empezaron a llegar y a llegar a la portería defendida por Raúl. Su perseverancia dio sus frutos más pronto de lo esperaba.

13 minutos después del 0-1, en el 26. Guarrotxena sacó un córner desde la izquierda. Y de repente, el balón ya se encontraba en el fondo de la portería. Por un momento se pensó que se trataba de un gol olímpico. Viendo la reacción de los jugadores, se podía deducir que el gol había sido obra de Aridane, el punta blanquiazul. Sin embargo, viendo la repetición detenidamente. podemos apreciar que su marcador, Araujo, rozó la pelota con la cabeza y le cambió la dirección al esférico, a lo que nada pudo hacer el portero amarillo.

Con el 1-1 en el electrónico, los locales lo siguieron intentando para ir con ventaja en el marcador antes del descanso. De hecho lograron marcar, pero el colegiado vasco Bengoetxea anuló el gol a Aridane por posesión antirreglamentaria del delantero.

Ya en la segunda parte, el guión no cambió. Las Palmas no creaba. Mejor dicho, no podía crear. La gran presión de los de Cervera recuperaba balones en campo contrario y llegaba con mucha facilidad al área rival. Y nada más comenzar los segundos 45 minutos. Suso centró un gran balón al segundo palo y Cristo Martín, incomprensiblemente libre de marca remata con la derecha en plancha y la pelota, mordida, se coló por alto ante la impotencia de Raúl.

2-1 y Herrera decidió poner pólvora arriba para volver a ponerse por delante en el marcador. Vicente Gómez entró por Roque Mesa y Guzmán hizo lo propio por Momo. A lo mejor las cosas hubieran cambiado con la entrada de Juan Carlos Valerón, pero los tres cambios ya estaban hechos puesto que en el descanso, Christian sustituyó a David Simón para intentar parar a Suso.

Los últimos minutos fueron emocionantes al 100%. Los amarillos lograron tener un poco de profundidad en la última parte del encuentro, pero la defensa tinerfeña estuvo muy segura atrás y rechazó la mayor parte de los balones. Con esto llegamos al minuto 93.

Los aficionados blanquiazules, que se acordaron bastante del Córdoba-Las Palmas de la temporada pasada, enmudecieron cuando, a 30 segundos del final. Vicente Gómez provocó una falta en la frontal del área. Con Momo en el banquillo, Nauzet Alemán asumió responsabilidades y sacó un gran disparo en el libre directo. Pero Roberto, ese jugador cuyo padre había fallecido y que se dudaba de su titularidad, sacó una mano magistral para desviar el balón en la que probablemente haya sido la mejor intervención de su carrera deportiva. Con esa acción se llegó al final del encuentro y se materializó la victoria local.

De esta manera, el Tenerife suma la segunda victoria de la temporada y sale de los puestos de descenso, situándose en la parte media-baja de la tabla, con 7 puntos. Las Palmas, en cambio, sufre su primera derrota de la competición y continuará una jornada más con 13 puntos. Además, según acaben el resto de partidos de la jornada, podría perder el liderato.

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