Por Jon Fernández (@Mur_98)
El Real Madrid logró al menos marcar fuera de casa en un encuentro en el que no jugó bien. Muy mal tienen que estar Lucas Silva o Illarramendi para que fuera Ramos, uno de los mejores centrales del mundo, el encargado de formar en la parcela ancha del conjunto blanco junto a Toni Kroos. El andaluz se vio muy superado en todo momento y completó una mala actuación.
Ambiente de gala el que se respiraba en el Juventus Stadium ante la posibilidad de volver a una final de Champions bastantes años más tarde. El mosaico que se mostraba en el coliseo juventino era espectacular, y el himno de la Champions sonó tan imponente y majestuoso como siempre.
Desde el arranque el conjunto local salió más metido en el partido, presionando bien la salida de balón madridista y robando arriba. Vidal tuvo en el primer minuto de juego una clara ocasión a pase de Marchisio tras un mal golpeo de Casillas, pero el chileno cayó ante Varane y la oportunidad se esfumó. El Madrid no despertó, y tras ese claro aviso llegó el primer gol. Un disparo de Tévez desde la frontal aprovechando el hueco entre Ramos y Varane que detiene Casillas, pero que Morata finaliza sobre la línea de gol. El delantero, que se marchó de Chamartín en verano, anotó ante su ex-equipo.
La Juve dejó entonces de presionar tan intensamente y se ordenó en dos líneas de cuatro para defender. Poco a poco el juego madridista, sin ser fluido en ningún momento, fue mejorando y comenzaron a llegar las ocasiones. En una de ellas, que tampoco fueron muchas, apareció un James que se mostró muy intermitente durante el choque para asistir a Cristiano que solo tuvo que empujar el balón con la cabeza para empatar el choque.
Justo antes de llegar al descanso, un cabezazo de James pudo poner por delante al conjunto de Ancelotti, pero su remate se marchó al larguero. Así alcanzaron ambos equipos el entretiempo, con el Madrid en su mejor momento en este partido.
En la segunda parte el Madrid volvió a salir sin mucho ímpetu frente a una Juve más ordenada. Y llegó la jugada decisiva. Córner a favor del Real Madrid que tras un par de rechaces se convierte en una contra que finaliza en penalti de Carvajal sobre Tévez. Una pena máxima indiscutible que, sin embargo, no sancionó Atkinson ni siquiera con amarilla. Sí se la mostró a Marcelo que cortó la carrera de Morata en la contra. El Apache tiró el penalti al medio y batió a Casillas.
La Juve volvió a verse por delante y se dedicó a evitar el peligro en su propio arco. Entró Barzagli por Sturaro, la sorpresa en el once de Allegri. Con cinco defensores en el bando italiano, apenas vimos ocasiones en ninguno de los dos arcos. Entró Chicharito por Isco, pero no tuvo apenas incidencia en el juego. Más cerca estuvo el gol de Llorente, que sustituyó a Morata. En una falta botada muy bien por Pirlo, logró rematar, pero Casillas detuvo el cabezazo con la cara. Cuestión de suerte que no cayera el tercero de la Juve, o que no se expulsase a Carvajal, muy acelerado y nervioso, y que acabó viendo la amarilla que ya se mereció probablemente en el penalti.
En los últimos instantes, entraron Jesé por Bale y Pereyra por Tévez. Así acabó el partido, con Vidal y Pirlo que seguían corriendo y con un Ramos que seguía mandando pases a la grada. Más le vale al Real Madrid que aparezcan el espíritu de Juanito y la capacidad de Ancelotti, la cual no ha mostrado en el día de hoy el técnico transalpino; así como el buen fútbol que muestran intermitentemente los blancos en este 2015. Eso sí, 90 minuti en el Bernabeú son molto longo.
El Real Madrid logró al menos marcar fuera de casa en un encuentro en el que no jugó bien. Muy mal tienen que estar Lucas Silva o Illarramendi para que fuera Ramos, uno de los mejores centrales del mundo, el encargado de formar en la parcela ancha del conjunto blanco junto a Toni Kroos. El andaluz se vio muy superado en todo momento y completó una mala actuación.
Ambiente de gala el que se respiraba en el Juventus Stadium ante la posibilidad de volver a una final de Champions bastantes años más tarde. El mosaico que se mostraba en el coliseo juventino era espectacular, y el himno de la Champions sonó tan imponente y majestuoso como siempre.
 |
| Foto: Marca / Pepe y Morata en una disputa |
La Juve dejó entonces de presionar tan intensamente y se ordenó en dos líneas de cuatro para defender. Poco a poco el juego madridista, sin ser fluido en ningún momento, fue mejorando y comenzaron a llegar las ocasiones. En una de ellas, que tampoco fueron muchas, apareció un James que se mostró muy intermitente durante el choque para asistir a Cristiano que solo tuvo que empujar el balón con la cabeza para empatar el choque.
Justo antes de llegar al descanso, un cabezazo de James pudo poner por delante al conjunto de Ancelotti, pero su remate se marchó al larguero. Así alcanzaron ambos equipos el entretiempo, con el Madrid en su mejor momento en este partido.
En la segunda parte el Madrid volvió a salir sin mucho ímpetu frente a una Juve más ordenada. Y llegó la jugada decisiva. Córner a favor del Real Madrid que tras un par de rechaces se convierte en una contra que finaliza en penalti de Carvajal sobre Tévez. Una pena máxima indiscutible que, sin embargo, no sancionó Atkinson ni siquiera con amarilla. Sí se la mostró a Marcelo que cortó la carrera de Morata en la contra. El Apache tiró el penalti al medio y batió a Casillas.
La Juve volvió a verse por delante y se dedicó a evitar el peligro en su propio arco. Entró Barzagli por Sturaro, la sorpresa en el once de Allegri. Con cinco defensores en el bando italiano, apenas vimos ocasiones en ninguno de los dos arcos. Entró Chicharito por Isco, pero no tuvo apenas incidencia en el juego. Más cerca estuvo el gol de Llorente, que sustituyó a Morata. En una falta botada muy bien por Pirlo, logró rematar, pero Casillas detuvo el cabezazo con la cara. Cuestión de suerte que no cayera el tercero de la Juve, o que no se expulsase a Carvajal, muy acelerado y nervioso, y que acabó viendo la amarilla que ya se mereció probablemente en el penalti.
En los últimos instantes, entraron Jesé por Bale y Pereyra por Tévez. Así acabó el partido, con Vidal y Pirlo que seguían corriendo y con un Ramos que seguía mandando pases a la grada. Más le vale al Real Madrid que aparezcan el espíritu de Juanito y la capacidad de Ancelotti, la cual no ha mostrado en el día de hoy el técnico transalpino; así como el buen fútbol que muestran intermitentemente los blancos en este 2015. Eso sí, 90 minuti en el Bernabeú son molto longo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario