miércoles, 21 de enero de 2015

Reflexiones Nocturnas (XIII): La Copa ha muerto

Por Jon Fernández (@Mur_98)

Es triste. Muy triste, más aún siendo aficionado del histórico Rey de Copas del fútbol español -aunque el Barcelona tenga ahora más trofeos-. Estos días en los que la devaluada Copa del Rey avanza rápidamente, podríamos y deberíamos haber situado sus noticias en las páginas necrológicas de los diarios. Porque la Copa es una competición muerta a día de hoy.

Tras la fase de dieciseisavos había noticias que en su título destacaban que 16 equipos de Primera pasaban de ronda. Y lo destacaban positivamente. ¿Somos tontos? Puede que sí. Si a la Copa le queda algo bonito en España, son esos equipos de Liga Adelante o Segunda B que avanzan hasta octavos, cuartos, o incluso semifinales, como el Mirandés de Pablo Infante  en 2012. Esa Copa sirvió para que un banquero alopécico y su tropa de guerreros se mostraran a España entera, quedándose a las puertas de la final. Pues bien, vayamos a la oración anterior. La de que a la Copa le queda algo bonito. Cambiemos "queda" por "quedaba" y "son" por "eran". Y voilà. Ya tenemos nuestros dieciséis Primeras. Y lo celebramos. Somos tontos.

Es fácil copiar algo que funciona. No faltan ideas. Lo que falta es voluntad para cambiar esto. No importa el espectador, no importa que los campos estén vacíos, da igual que no haya sorpresas. Lo que les interesa a los encargados de organizar esta competición es vender. Vender, vender y vender. Y vende más un clásico o un derbi madrileño, por ejemplo, que una sorpresa. Y es lógico por una parte, pero deja de serlo cuando uno se da cuenta de la verdadera razón. Importan más los chinos que los de aquí. Eso es así. Porque lo que habría que hacer para resucitar la Copa está claro. El ejemplo a seguir, la Coupe de France. O la FA Cup, da igual. Simplemente copiar el formato de una de ellas. Eso sí, si no hay voluntad, es imposible.

El fútbol español tiene el problema de estar dirigido por hombres que buscan hacer negocio, por no decir ineptos. Es tan fácil como permitir participar a muchos más equipos de divisiones inferiores -incluso todos, por qué no-; establecer que las eliminatorias se disputen a partido único, a ser posible en el campo del pequeño y hacer sorteos puros y ronda a ronda. Nada de saber el cuadro desde dieciseisavos.

Pero esto no deja de ser la ilusión de cuatro locos que amamos el fútbol, porque lo que vende, y bien lo saben nuestros dirigentes, son los grandes. Da igual el aficionado de un club pequeño que sueña con llegar lejos en esta competición. Esos equipos de barrio que darían emoción. Ojalá algún día veamos algo así en España. Mientras, tengamos sana envidia del resto. Yo esperaré ese día pacientemente, sin saber siquiera si llegará. Ojalá.

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