miércoles, 28 de enero de 2015

Hablando de justicia

Por Luis Vega Castillo (@Luisletal) 

Dos partidos. Dos partidos de sanción para el crack portugués tras propinar una patada y un puñetazo al jugador del Córdoba Edimar la pasada jornada de Liga. ¿Es justo? Si, no, esto es fútbol… aquí cada uno puede tener su opinión y es bien respetable. ¿Deberíamos preguntar entonces si el resto de sanciones que se han visto a lo largo de esta temporada si lo son? 

¿Se acuerdan los lectores de aquella sanción de cuatro partidos a Duda del Málaga por patear desde el suelo? Pues si no lo recuerdan repásenlo, esa acción fue considerada por el tribunal como merecedora de cuatro partidos. O aquel codazo de Rodrigo de Paul, jugador valencianista, a Vitolo del Sevilla, mientras corría llevando el balón. También cuatro partidos lejos de los terrenos de juego. 

Desde mi humilde opinión creo que si Cristiano se ha salvado de estos cuatro partidos es únicamente por el acta arbitral, en la cual no se recoge nada más que un escueto “ Expulsado por propinar una patada a un rival sin opción de jugar el balón…”. No se hace referencia al puñetazo que propinó a Edimar, o posteriormente el manotazo a Crespo. 

Y si solo esas acciones no cuentan de por sí con suficiente peso, parece que a todo el mundo (Prensa, Televisión…) se le ha olvidado que mientras el luso abandonaba el estadio no dejó de limpiarse el escudo de campeón del mundo como mensaje a la afición “mediocre” del Córdoba. 

¿No es eso acaso una acción violenta? Cierto que no es física ni va dirigida a otro jugador de campo, más bien va destinada a una afición, a una ciudad entera, un acto de menosprecio y burla ante un club y sus seguidores recién ascendidos, los cuales tienen el mismo derecho a estar en primera que cualquiera. Es por esto por lo que debería haberse disculpado en primer lugar. 

Se está multando a clubes y amenazando con cerrar estadios por insultos hacia los jugadores, pero no castigamos lo opuesto. No lo entiendo. 

Bien pienso que solo por sus acciones físicas de la patada, el puñetazo y demás manoteos su sanción podría haber sido mayor, pero lo realmente indignante es esa falta de respeto que un jugador de la talla de Cristiano que juega en uno de los mejores equipos del mundo dedicó a una afición. Quizás de eso no interesa hablar.

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