lunes, 23 de junio de 2014

Origi mete a una pobre Bélgica en octavos

Por Guillermo Herranz (@guillehr97)

Divock Origi es un espigado delantero de 19 años del Lille francés. También es uno de los benjamines de la selección de Bélgica en el Mundial 2014. Y además es ya uno de sus héroes, el futbolista que ha certificado la clasificación de los Diablos Rojos para los octavos de final. En un partido rácano ante Rusia, el atacante de origen keniano resolvió en los últimos instantes, en perfecta colaboración con Eden Hazard, la gran esperanza belga, gris hasta que los rusos abrieron la puerta de su jaula.

Ambos generaron, en el minuto 88, la mejor opción de su selección en todo el encuentro. Así de misero fue el choque entre dos conjuntos que auguraban más fútbol del que han mostrado hasta ahora. Cuando las estrellas no aparecen, cuando los referentes no alcanzan el nivel esperado, les toca a los jóvenes mostrar su ímpetu, sus ganas de comerse el mundo.

No es que Romelu Lukaku sea un veterano. Pero, a sus 20 años, su experiencia al máximo nivel le debería situar a años luz de Origi. Y aún así, el delantero del Chelsea, que ha marcado 16 goles cedido esta temporada en el Everton, ha sido incapaz de chutar ni una sola vez a portería en los 115 minutos que ha disputado con Bélgica en Brasil. Un bagaje demasiado pobre para la referencia de un equipo con aspiraciones.

Wilmots le sustituyó en el minuto 57, cansado de su escasa participación. Muy solo en ataque, pasó totalmente desapercibido. Aunque también es cierto que a él le tocó jugar las etapas más trabadas del duelo, cuando únicamente Mertens y su velocidad aran capaces de desbordar a la sólida zaga edificada por Capello.

Origi hizo el gol decisivo
Ambos seleccionadores trataron de resolver las carencias del debut con sendos cambios en el once. El belga apostó incluso por un cambio de sistema, prefiriendo un 4-3-3 en el que entraban Fellaini y Mertens, que se ganaron el puesto en la remontada ante Argelia. Entró también Vermaelen por Vertonghen, aunque este fue un cambio con consecuencias negativas para los Diablos Rojos. Y no por una cuestión de talento. El problema es que Vermaelen se lesionó en el calentamiento y aún así jugó como titular. ¿Consecuencia? que aguantó media hora escasa sobre el campo y devolvió a Vertonghen al lateral izquierdo.

Capello resolvió que, tras el empate ante Corea del Sur, era imprescindible mantener, pese a su grave error, a Akinfeev en la portería y eligió a un lateral consistente como Kozlov para frenar a Hazard y al joven y desconocido Kanunnikov, delantero del Amkar Perm, para acompañar a Kokorin en ataque. La movilidad constante y el trabajo que aporta Kanunnikov convencen al técnico italiano a pesar de su falta de gol.

La misma que ofrece Kokorin, nueve de grandes condiciones que necesita ser más resolutivo en el remate. Suya fue la mejor opción de los rusos. Un remate de cabeza tras un centro perfecto de Glushakov desde la izquierda. El delantero centro de Rusia encontró el espacio entre los centrales pero envió la pelota fuera. Minutos antes, forzó un penalti de Alderweireld que el árbitro alemán Felix Brych no consideró.

Bélgica hacía daño al contragolpe, con Mertens como peligro constante. Eléctrico, rápido, imparable. El extremo del Nápoles le hizo un traje a Kombarov, incapaz de pararle. Únicamente le faltaba elegir mejor cuando asistir y cuando disparar.

Rusia prefería un ritmo más pausado que le aseguraba solvencia atrás pero le hacia muy previsible en ataque. Aunque mejoró en el segundo tiempo. Se abrió un poco más e imprimió velocidad a su juego para llegar con peligro y superioridad a las inmediaciones de la portería defendida por Courtois.

Fue entonces, en cinco minutos, cuando comenzó a decidirse el encuentro. Porque Wilmots dio el testigo a Origi y Capello se vio obligado a sustituir al lesionado Kozlov por Eschenko, un lateral más anárquico que a menudo pierde la posición. Terreno abonado para que, por fin, apareciera Eden Hazard.

El partido se había convertido en una batalla física en la que se estaban imponiendo los rusos. Mucho choque, mucha fricción, mucha pelea, pero escaso fútbol. Más allá de Hazard y Divock Origi. El delantero del Lille no es un nuevo puro, pero aportó más sacrificio, lucha y convencimiento que Lukaku. Tiene movilidad y le gusta caer a la izquierda con lo que formaba un binomio muy peligroso con el centrocampista del Chelsea que Rusia no supo como desactivar.

Avisó Mirallas enviando una falta al palo y luego decantó el partido Origi con su diana tras una excepcional jugada de Hazard, sorteando rivales, explotando su velocidad y regate. Rusia no queda eliminada, aunque a no depende de sí misma para pasar a la siguiente fase.

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