lunes, 23 de junio de 2014

Irán puso en problemas a Argentina

Por David Moreno (@D_Moreno19)

En teoría era un partido cómodo para los argentinos ante una débil Irán. El desarrollo del partido dictaminó lo contrario, ya que el combinado iraní puso las cosas muy difíciles a la albiceleste de Messi y compañía. El titular lo dice todo.

El planteamiento de Sabella sobre el papel era distinto, había pasado de un 5-3-2 a un 4-3-3 para que su estrella se sintiera más cómoda sobre el rectángulo de juego. Queiroz apostó por 4-2-3-1 con las líneas muy juntas y ordenadas.

En la primera mitad, Argentina se mostraba incapaz de superar la muralla que había plantado Irán en su campo. No llegaban las ocasiones, salvo una de Higuaín que tapó bien el meta. Fue la más clara para los sudamericanos, que no lograban acercarse e hilvanar acciones de juego.

Sabella era incapaz de reaccionar, pasivo en el banquillo y con una cara de incredulidad total ante el pésimo juego de los suyos. Ni el Kun, ni el 'Pipa', ni Messi, ni Di María eran capaces de penetrar la defensa férrea de la escuadra persa. Y finalizó el primer tiempo, sin ocasiones y sin mucho juego. Gago no creaba y era silbado en el estadio Minerao.

Celebración de Leo Messi
Arrancó el segundo tiempo de la manera más inesperada, Romero se sacó de encima como pudo el remate de cabeza de Reza Ghoochanejhad, poco más tarde llegaría la jugada polémica del encuentro. Zabaleta se complicó la vida en un despeje y pudo ser que se llevará por delante la pierna de Dejagah. La jugada encendió a Queiroz en la banda que protestó airadamente al colegiado. Probablemente lo fue.

El propio Dejagah tuvo la ocasión más clara para su selección, remató un centro de Montazeri y tuvo que aparecer Romero por segunda vez. El portero del Mónaco era el más destacado del equipo de Sabella.

Argentina se iba desperezando poco a poco, dos disparos de Di María y Messi respectivamente recordaron a Irán que ellos con su calidad individual podían desequilibrar el choque. Argentina hizo dos cambios, pero no surgieron efecto. Hasta que en el descuento, cuando Irán había vuelto a llevar peligro en alguna jugada a balón parado, apareció Messi y decantó el partido. Genial tiro cruzado de rosca del blaugrana que trajo la locura al estadio y a los argentinos.

Con la maravilla de Messi concluyó el partido. Sabella cuestionado, Irán plantó cara y surgió el genio para desequilibrar la balanza. Los de Queiroz, pese a merecer más en este choque, aún tienen opciones matemáticas de clasificarse. Para ello deben ganar a Bosnia y esperar a que Nigeria pierda ante Argentina.

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