martes, 10 de junio de 2014

El dopaje y el deporte

Por Jon Fernández (@Mur_98)

Por desgracia, el deporte se ha visto manchado últimamente por gente que se hace llamar deportista, pero que, sin embargo, recurre a substancias ilegales para aumentar su rendimiento y al mismo tiempo renunciar a la deportividad al querer competir en ventaja respecto al resto de rivales. Por tanto, es difícil catalogarles como "deportistas".

Ganar con trampa es perder
El ciclismo es la actividad en la que más polémica hay respecto a este tema. Sin embargo, no es ni mucho menos el único deporte afectado por esta lacra. El juego limpio no es solo el no cometer acciones violentas o que puedan causar daño al oponente, sino respetar todas y cada una de las reglas, entre ellas, no doparse. Por lo tanto, es fundamental para una competición real que nadie tenga ventaja mediante la inserción en su cuerpo de substancias prohibidas.

También tenemos que tener en cuenta lo peligroso que puede llegar a ser el dopaje, ya que la gran mayoría de los productos restringidos son muy perjudiciales para la salud del sujeto que los tome. Antes de entrar a valorar casos importantes, vamos a hacer una pequeña clasificación de los tipos de dopaje que encontramos en el deporte:


Dopaje sanguineo: Comenzó a usarse en los 70 y en los 80, con el objetivo de mejorar la resistencia en los ejercicios de larga duración, mediante la transfusión de sangre con más glóbulos rojos.

Expansores coloidales de plasma: También se realiza habitualmente mediante transfusiones sanguíneas y mejora el rendimiento tanto físico como intelectual del sujeto.

Manipulaciones físicas, farmacológicas o químicas: Aquí se incluyen las diversas substancias que alteren las muestras tomadas para la comprobación de la existencia o no del doping. También están en este grupo los diversos fármacos que puedan ayudar al competidor a aumentar su rendimiento. Algunos pueden ser recetados por el médico para la curación de ciertas enfermedades, pero su uso irregular es castigado.

Dopaje genético: Por último, en este apartado se contemplan todos los usos ilegales de los genes o células que incrementen el rendimiento deportivo.

Esta podría ser una clasificación del dopaje, pero lo más importante no es dividirlo, ya que todas esas formas de hacerlo llevan a lo mismo, al doping. Grandes estrellas del deporte han caído en esta trampa -o han logrado sus "éxitos" gracias a esas substancias-. Ben Johnson puede ser uno de los ejemplos más representativos de esto. El atleta canadiense ganó el oro en los 100 metros lisos de los JJOO de Seúl 1988, pero tres días después fue desposeído de la medalla al dar positivo en estanozolol. Sin embargo, otros finalistas de esa competición también dieron positivo meses o incluso años más tarde. Esto nos lleva a la siguiente pregunta: ¿Está justificado el dopaje si todos tus rivales lo practican, y así competir en igualdad de condiciones?

Mariano Puerta, reincidente
En primer lugar hay que tener claro que pones en riesgo tu salud, pero, si todos toman substancias ilegales, ¿qué forma hay de vencerlos? ¿Es mejor quedar último y pasar desapercibido con la conciencia tranquila o pelear por ganar mediante el dopaje con el objetivo de igualar tus posibilidades a las se los rivales? Esas son algunas de las interrogantes que se plantean, pero cada uno debe elegir. La limpieza o la victoria arriesgándolo todo por ella. El buen deportista haría lo primero, aunque poco queda de deporte entre los profesionales, movidos, más que por otra cosa, por el dinero.

La persecución del dopaje, sin embargo, va siempre uno o dos años por detrás de la innovación en las substancias. A esto se pueden deber las prontas retiradas de algunos grandes deportistas, quienes ante la prohibición de las substancias que tomaban decidieron conformarse con lo logrado hasta entonces. Nunca sabremos si grandes ídolos, como Indurain, iban o no dopados. Lo que si sabemos es que otros muchos sí cometieron prácticas ilegales.

Las grandes tramas también han sido destapadas, como la Operación Puerto, que proveía substancias ilegales a muchísimos deportistas. Grandes cantidades de dinero se mueven en este mundillo. Estos productos están al alcance de cualquier deportista de élite, y la mayoría los podría conseguir cualquiera en una farmacia. Esto es muy peligroso, porque nos podría llevar al dopaje masivo en el deporte amateur. 
Los ciclistas son los más señalados por el doping, pero en el resto de los deportes también se dan casos: Dani Benítez, futbolista del Granada, dio hace poco positivo. Los profesionales del tiro toman substancias que les ayudan a mantener la calma y bajar las pulsaciones. Los esquiadores de fondo, Johann Mühlegg por ejemplo, usan productos para mejorar la resistencia, al igual que los tenistas, como Mariano Puerta, quien superó la tasa de etilefrina en el Roland Garros de 2005, en el que perdió la final ante Rafa Nadal. No es un secreto que los baloncestistas de la NBA, la mejor Liga del mundo, toman substancias prohibidas en el resto del planeta, menos allí. Podríamos continuar esta lista hasta el infinito, pero lo que está claro es que en todas partes hay tramposos. Sin embargo, a nadie se le escapa que el ciclismo es el más afectado.

Lance Armstrong
Es cierto que es el deporte en el que más controles se realizan y donde más exhaustivos son, pero también en el que  más casos se dan. Los ciclistas deben tener mucho cuidado con su alimentación, ya que algunos productos pueden tener substancias como el clembuterol que den positivo. Esta excusa no fue aceptada con Contador pero sí con su compañero Rogers. En cualquier caso, innumerables son los casos de dopados confesos en las dos últimas décadas, como Armstrong, al que le arrebataron sus siete Tours. Landis, Pantani, Riccó, el propio Contador,... Son demasiados positivos, y las autoridades intentan hacer algo para contrarrestarlo.

Quizá algún día el deporte vuelva a ser una actividad limpia. Esperemos que así sea. Pero de momento, nos quedan muchas dudas de gente que no sabremos si hizo trampas o no. Es triste, mas esta es la realidad del deporte. Tramposos ensuciando la limpieza y la pureza de la actividad física. Esperemos que, pronto, esta lacra acabe.

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