viernes, 17 de octubre de 2014

Reflexiones Nocturnas (VI): Defendamos el fútbol

Por Jon Fernández (@Mur_98)

Estimados lectores:

Me veo en la obligación de anunciarles que, la próxima semana, ustedes serán avasallados por los medios de comunicación. Les llegará información del clásico desde los rincones más recónditos que puedan imaginar. Los siete días previos y los siete posteriores serán un auténtico infierno para todos los que somos aficionados de otros equipos que no responden a los nombres de Real Madrid o Fútbol Club Barcelona. Será terrible, por lo que toca estar preparados y en guardia.

En primer lugar, les recomiendo que no compren la prensa deportiva. No merecerá la pena ni pararse en los escaparates de los quioscos a ver las portadas, como hago yo todas las mañanas. En sus líneas, los diarios madridistas y culés -no hace falta que les diga nombres, ustedes ya los conocen- intentarán implicarnos en lo que llamarán "el partido del siglo". Una vez más, y ya van veinte o treinta "partidos del siglo" en la última década. No importa que Alemania le meta siete a Brasil, que España se proclame campeona del mundo o que Plasencia y Club Deportivo Badajoz empaten a cero. "El partido del siglo" ha de ser un clásico.

Leverkusen y Schalke jugarán a la vez que Madrid y Barça
A la hora de comer, programas como Jugones o Deportes Cuatro tratarán de enseñarnos el peinado que lucirá Cristiano Ronaldo durante el clásico, nos mostrarán "los mejores goles de los Madrid-Barça" -casualmente todos serán de la última década- y sortearán un par de entradas para estar en un palco VIP del Santiago Bernabeú. Si les da tiempo, leerán el resto de partidos de la jornada y nos enseñarán diez segundos de la rueda de prensa del Cholo Simeone. Por lo tanto, tampoco les recomiendo ver estos programas, y me veo obligado a ofrecerles la alternativa de toda la vida: El telediario. Eso sí, quitadlo antes de que llegue la sección de deportes. Por si acaso.

Evitados los riesgos de la prensa y de la televisión, que son los más peligrosos, seguimos sin poder estar tranquilos. La radio e internet también nos acosarán. Durante estas fatídicas semanas, predicaremos el más vale prevenir que curar. Por lo tanto, recomendamos no escuchar nada que tenga que ver mínimamente con el deporte. Porque ya sabemos de que tratará ese mínimo.

Por último, y no por ello menos importante, existe el peligro de las redes sociales e internet. Por supuesto, no deben abrir ningún enlace con información sospechosa, y aun así estaremos asumiendo riesgos. Esperemos sobrevivir a lo inevitable, es decir, a leer 140 caracteres de algún conocido que haya contraído esta enfermedad que estamos tratando de evitar a toda costa, y que, dentro de 15 días todos estemos sanos y salvos.

Aquí acaba esta carta para la reflexión. Quizá haya exagerado. O no, quien sabe. Agradecería que la gente contraria a lo defendido en este artículo me dijera qué cosas de las que yo expongo son mentira. Creo que ninguna. Y no deja de ser un mero partido de fútbol. Pero es un encuentro que vende mucho, demasiado. Es la pescadilla que se muerde la cola. Los medios de comunicación ofrecen información sobre el clásico. La gente la recibe gustosamente y se engancha. Entonces, se ofrece más información. Y la gente se engancha más. Y así, hasta que paremos esto.

Basta ya de tanto clásico. Lo que deberíamos hacer los aficionados de los demás equipos es boicotearlo. No verlo. Ni el partido ni todo lo que lo rodea. Yo tuve un profesor que defendía esta idea. En la porra que hacíamos, puso un 0-0 y me dijo que esperaba que fuera un encuentro aburrido. Y que no lo iba a ver. Hagamos todos lo mismo. Quizá entonces se nos tenga mínimamente en cuenta. Pero mientras no tomemos medidas, no pasará nada. Somos cómplices. Damos motivos para que esto siga así. Cambiemos esto. Defendamos el fútbol y no veamos el clásico. Por el bien de todos.

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