miércoles, 8 de octubre de 2014

Reflexiones Nocturnas (IV): Ni éramos el Bayer Leverkusen...

Por Jon Fernández (@Mur_98)

Llevo tiempo tratando de evitar escribir este artículo. Tras el empate ante el Eibar, parecía necesario hacerlo, aunque otro débil rival como el BATE era el idóneo para que el Athletic Club reviertiera su mala racha. Sin embargo, la dura derrota en tierras bielorrusas me obligaba a redactarlo. Esperé tres o cuatro días más, inútilmente, ya que la microscópica esperanza que mantenía era irreal. Manita del Madrid y dos semanas para pensar. El tema del texto sobra decirlo: La actual situación del Athletic.

¿Qué es lo más preocupante? ¿Los resultados, el físico, la actitud o el juego? Es muy complicado saberlo, y, de hecho, parece que el propio Valverde no lo ha descubierto. Los resultados son preocupantes y el juego nefasto. Los otros dos factores de esta crisis no están claros, pero uno -o los dos- fallan. ¿No corren porque no quieren o porque no pueden? He ahí la cuestión. Sea cual sea la respuesta, diría que lo menos grave son los resultados, y esto es difícil decirlo cuando se van rompiendo récords negativos por el camino. Tres partidos consecutivos sin marcar en San Mamés, siete encuentros sin ganar seguidos en cualquier escenario, cero puntos fuera de casa tanto en Liga como en Champions, y sumando ambas competiciones el siguiente balance: 5 puntos de 27 posibles, 5 goles anotados y 13 recibidos. O lo que es lo mismo, penúltimos en la Liga BBVA y últimos en el grupo de Liga de Campeones, que no es precisamente el más difícil que le pudo tocar en el sorteo.

Preciado
Las sensaciones que ofrece el equipo sí que son verdaderamente preocupantes. Contra el BATE vimos al Athletic haciendo el ridículo, totalmente superado. Y más superados fueron todavía en el Bernabeú, donde la manita pudieron ser ocho o nueve tantos en contra si Gorka Iraizoz no hubiese vuelto a estar en plan salvador. La verdad que pocos están ofreciendo un buen nivel, aunque digamos que Laporte, Muniain, el propio arquero navarro y, quizás, Aduriz, no lo están haciendo tan mal.

Ahora Valverde tiene dos semanas para intentar dar con la tecla, a pesar de que no podrá contar con dos pilares fundamentales de la plantilla como Laporte e Iturraspe. El primero está siendo de lo salvable de este Athletic, mientras que el centrocampista de Abadiño vuelve con la absoluta pese a no haber hecho mérito alguno para ello. Me pregunto si Del Bosque la habrá visto jugar en el último mes, porque de haberlo hecho, su convocatoria me resulta incomprensible. Como ejemplo, su partido ante el BATE, en el que llegó a perder la friolera de 22 balones. Pues a la selección.

De todas formas, no se puede perder la fe en este equipo tan pronto, ya que el año pasado demostraron una solidez impresionante. El único cambio es la ausencia de Ander Herrera, que no deja de ser significativo, ya que era, en términos de calidad futbolística, el mejor. Él aportaba la magia, el último pase que tanto está faltando esta temporada. Pero Herrera ya no está, y ante el Nápoles vimos otro equipo diferente. Capaz de lo mejor. Sin embargo, ahora el Athletic parece un club abocado a pelear por no descender. Ni antes éramos tan buenos, ni ahora somos tan malos. O como hubiese dicho Manolo Preciado: Ni antes éramos el Bayer Leverkusen, ni ahora somos la última mierda que cagó Pilatos.

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