martes, 23 de diciembre de 2014

Reflexiones Nocturnas (X): Un loco muy cuerdo

Por Jon Fernández (@Mur_98)

El título, tantas veces repetido, era necesario para que ya sepáis de quién estoy hablando sin haber dicho su nombre. Efectivamente, hoy toca hablar de Bielsa. Un técnico de diez para esta décima reflexión.

En lo que a mí se refiere, no es un entrenador que siempre me haya gustado. Lo prejuzgué. Cuando en las elecciones del Athletic se votó entrenador y no presidente, yo quería que ganasen Macua y Caparrós. Mis primeros años como aficionado de verdad no fueron fáciles. Y tras casi bajar a segunda, el utrerano llevó al club a una final de Copa y a la sexta plaza en liga, ambos logros con premio en forma de Europa League. Y le tenía -y le sigo teniendo- mucho aprecio. Me acogí al refrán que reza "más vale malo conocido que bueno por conocer", aunque Jokin no era malo.

Tampoco era malo, y sí bueno por conocer, Marcelo Bielsa. El técnico que más ha cambiado mi manera de pensar respecto al fútbol. Del resultadismo al querer ver buen fútbol por parte de tu equipo. Sus comienzos en Bilbao no fueron para nada fáciles, pero en cuánto dio con la tecla, el Athletic mostró un nivel alto. La primera gran actuación llegó en noviembre de 2011, en un choque bajó la lluvia en el viejo San Mamés ante el por aquel entonces mejor equipo del mundo, el Barça de Pep. El propio Guardiola declaró totalmente afónico tras el encuentro que este había sido el partido más intenso en el que había participado jamás.

Sin embargo, el punto culminante fue Old Trafford. Allí, con un juego muy intenso de nuevo, el Athletic propinó un baño al Manchester United de Sir Alex Ferguson. La segunda parte de los leones fue un escándalo. Sin duda, el mejor partido que he visto yo hacer al Athletic en mi vida. Y esto se produjo gracias a Bielsa, al igual que la vuelta de la eliminatoria en San Mamés, y las victorias ante Schalke 04 y Sporting de Portugal en las rondas posteriores. Antes, se había avanzado tanto en la Copa del Rey, que el Athletic llegó a jugar dos finales en ese 2012. Ahí apareció otra de las características de Marcelo, a juzgar por cada uno: La falta de rotaciones. Los futbolistas llegaron exhaustos -y, además, nerviosos- y perdieron ambas finales. La de la Europa League, ante el Atlético del Cholo y Falcao, y la de la Copa, ante el todopoderoso Barça de Guardiola. Dos finales, pero no logró sacar la Gabarra, lo que le habría situado en un lugar privilegiado. Sin embargo, su huella en Bilbao perdura, tanto fuera como dentro del campo. Muchos de los mecanismos adquiridos por los jugadores con Marcelo siguen poniéndose en práctica con Valverde. Su segunda temporada no vale la pena analizarla, ya que influyeron en ella muchos factores negativos propiciados por un aciago verano.

Lo que se le achaca a Bielsa es el no haber cosechado títulos fuera de Argentina, donde logró un campeonato de Primera División con Newell´s y un Clausura con Vélez. Además, se hizo con el oro dirigiendo la selección olímpica argentina en Atenas 2004. Sin embargo, Bielsa es un tío que cumple con el famoso eslogan que reza "donde va, triunfa". El técnico argentino es querido en Newell´s, en Vélez, en el Atlas, en el Athletic, y, ahora en Marsella, sin olvidarnos de que también entrenó a la selección de su país, por donde pasó con más pena que gloria; y a la de Chile, a la que transformó en un combinado competitivo y lo clasificó para los octavos de un Mundial. Esto no es un título, pero tiene tanto o más mérito que ganar la Champions con la mejor plantilla del planeta. Al menos para mí.

Su fútbol es intenso, sobre todo intenso. Muy intenso. Y rápido. Asociativo y al mismo tiempo bastante vertical. Y para defender, marcas individuales. Cada uno emparejado con un rival, y el que lo haga mal, es por su falta de responsabilidad. Bielsa ha muerto, muere y morirá con sus ideas. Es un técnico obsesionado con alcanzar la perfección, como se puede ver aquí. Ahora mismo, es adorado en Marsella, donde ha coronado al Olympique como campeón de Otoño, por delante del mismísimo PSG, al que distancia en tres puntos. Nadie imaginaba que esto pudiera ocurrir. Bielsa, sí.

Lo que está claro es que Bielsa es especial, y que gana adeptos y detractores allá por donde va. Unos le tachan de perdedor, otros dicen que es el mejor del mundo. Yo pertenezco a este segundo grupo. Marcelo es un técnico capaz de hacer maravillas con plantillas inferiores a las de los rivales. Y, gracias a él, pienso que en el fútbol no solo importa el resultado. Es un entrenador diferente que aporta al fútbol otro punto de vista, prácticamente opuesto. Y yo lo comparto. Concluiría con un "Gracias Marcelo, por estar tan loco"; pero, según él mismo, "un hombre con ideas nuevas es un loco hasta que sus ideas triunfan." Y en mí han triunfado, así que para mí Marcelo ya no es un loco. Por lo tanto, simplemente diré: Gracias Marcelo, por ser el mejor entrenador del mundo.

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