En Sao Paulo llegamos a tener contracciones. Vivimos un parto futbolístico en carne propia. El poste de Dios, una de esas jugadas que en la repetición es gol, fue aliado albiceleste. No puede repetirse la misma situación. Nuestros corazones ya no lo soportarían. Cardíacos abstenerse.
Argentina deberá buscar el Norte, y siendo lenta y previsible, como hasta ahora, no habrá brújula que la guíe. El equipo no aparece y ya es difícil que lo haga.
| Courtois y Messi se reencontrarán |
El pase a semifinal es preocupante, al igual que el rendimiento argentino. El buen fútbol de Bélgica nos plantará cara e intentará vengar aquella semifinal de México `86 que Maradona ganara en solitario. Buenos Aires temblará, se sacudirá espasmódica y latirá como nunca. Todos los argentinos iremos a cabecear cada córner hacia el gran Courtois. Trabaremos y correremos a la par de Mascherano. Nos uniremos firmes, engrosando la barrera ante cada tiro libre de Hazard. Estaremos en el Mané Garrincha de Brasilia en cuerpo y alma. Será un terremoto emocional. Así se vive en estas latitudes.
Las gargantas están preparadas, aunque el fútbol de nuestra selección se nos muestre en cuentagotas. Hasta ahora fue sufriente. Hasta ahora. Por su parte, Bélgica está en una situación parecida. Vive de individualidades, ya que sus once futbolistas tienen calidad, pero no juegan como un grupo. Wilmots tiene la duda del nueve, habrá que ver si apuestan por Origi o por Lukaku.
En cualquier caso, un auténtico partidazo el que nos espera esta tarde entre dos selecciones que pueden dar más de lo mostrado hasta esta ronda de cuartos, pese a haber ganado todos los partidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario