Grecia buscaba tres puntos vitales ante la débil selección de Islas Feroe. Los de Ranieri llevaban 1 punto de 9 posibles mientras que los feroeses no tenía nada que perder.
El dominio era local aunque la posesión era material, costó mucho llegar por primera vez, Karelis reventó el balón en la red de fuera. Avisaban los helenos y contestaban los del archipiélago para hacer lucirse a Karnezis en varias ocasiones.
Antes del descanso Edmundsson estuvo a punto de marcar pero Karnezis pudo sacar con la cara el mano a mano. Anteriormente había salvado el gol con un cabezazo por parte de Hansson.
El descanso llegaba y Athanasiadis sustituía a Gekas, ambos en buen momento.
Seguía mandando Islas Feroe y tras un centro, el disparo raso de Holst se estrellaba en el poste. Se olía el gol pero la heroica lo salvaba.
En la siguiente jugada nadie podía hacer nada y Edmundsson marcaba para los visitantes. Tras diferentes cambios, Koné se vestía de líder para la remontada pero en sus tres ocasiones no tuvo fortuna.
Primero, falló a puerta vacía y se cabreó consigo mismo, luego su disparo se marchó desviado por poco cerquita del poste. En la tercera el balón salió rebotado al larguero.
Lazaros en el último instante centró un balón pero nadie pudo rematar a portería para el pavor de los locales. Finalmente ganó Islas Feroe con un estilo peculiar e inteligente ante la poco agraciada Grecia.
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