domingo, 25 de mayo de 2014

El sueño del madridismo, logrado por fin

Por Ismael Díaz (@IsmaelDiaz_8)

Ayer, los equipos de la capital no jugaban un derbi, era mucho mas que eso, se jugaban la admiración de toda Europa. Los del Cholo supieron usar sus armas a la perfección, pero el gol de Schwarzenbeck apareció de nuevo en una versión actualizada. El verdugo fue esta vez Sergio Ramos

El partido empezó con la lesión de Diego Costa a los nueve minutos de empezar. Parece que la placenta de yegua no le aportó mucho al jugador. En su lugar salió Adrián, que cuajó un buen partido. A partir de ahí, el Atlético de Madrid se echó un poco para atrás, dejando que el Real Madrid tuviera la pelota, para lograr ocasiones en algún contraataque. Los dos equipos tuvieron ocasiones para meter, para ninguno de los dos equipos las materializó. La ocasión más clara fue para Gareth Bale en el minuto 31. Tras varios rechaces el galés mandó el balón fuera incomprensiblemente.

El Atlético de Madrid esperaba a las jugadas de balón parado para intentar hacer el gol. En una de ellas, tras un saque de esquina que sacó Gabi en vez de Koke, algo extraño, el cuero fue rechazado por la defensa del Real Madrid, este salió del área y Tiago volvió a colgar el balón. Ahí estaba Godín otra vez, la peinó hacia atrás tras la penosa salida de Iker Casillas y el balón entró. Con este resultado de 1-0 favorable a los colchoneros se llegó al descanso.

Ya en la segunda parte, el Cholo Simeone cambió el esquema, de un 4-4-2 a un 4-2-3-1, con Villa como delantero, Koke detrás de él y en las bandas Adrián y Raúl García. Buscando la verticalidad que le había faltado, Ancelotti sustituyó a un Khedira muy desdibujado y falto de ritmo por Isco y sacó a Marcelo por Coentrao en la banda izquierda. Después, cambió a Benzema por Morata, uno de sus habituales recursos en los últimos minutos. A muchos les gustaría preguntar al entrenador italiano por qué decidió incluir a Khedira en el once inicial.

Los minutos fueron avanzando y el marcador no se movía. Con el viento a favor del resultado, el Atlético dio un paso atrás y el Real Madrid intentó jugar las últimas cartas que le quedaban. Una de ellas era Bale, que en el minuto 78 estuvo a punto de conseguir el gol del empate gracias a otra de sus furiosas galopadas. Su disparo volvió a marcharse fuera.

Casillas levantando la Champions
Eran los coletazos desesperados del Real Madrid, que intentaba tirar de casta para marcar el gol que al menos forzase la prórroga. Los minutos siguientes fueron un acoso constante a la portería de Courtois, con un Atlético cerrado a cal y canto dentro de su área y un Madrid volcado por completo. Para acentuar el dramatismo, Filipe Luis tuvo que retirarse lesionado en el minuto 83 y entró Alderweireld.

Pero la historia de este partido estaba escrita para los jugadores tocados por los dioses del fútbol, y uno de ellos es Sergio Ramos. Solo él podía marcar el gol del empate con un cabezazo en el minuto 93, cuando no había tiempo para más.

Se llegó a la prórroga con el cansancio atenazando las piernas de los jugadores de ambos equipos, aunque era el Real Madrid el único capaz de seguir llevando peligro a la portería contraria. El Atlético apenas inquietaba la portería de Casillas. El conjunto rojiblanco aguantó lo que pudo hasta que se partió definitivamente. En el minuto 111 Gareth Bale aprovechó un rechace tras una gran jugada de Di María -uno de los mejores ayer- y marcó el 2-1, para romper definitivamente al Atlético.

El equipo de Simeone estaba destrozado por todos lados. Los dos goles que llegaron después fueron injustos, y no hicieron honor a un Atlético que se había quedado a las puertas de la gloria después de cuajar un partido digno de una temporada memorable. El 3-1 lo hizo Marcelo y el 4-1 fue obra de Cristiano Ronaldo, de penalti. Al portugués apenas se le vio en el partido. Un marcador muy amplio que no reflejaba en absoluto lo que se había visto en el campo; pero que suponía, de cualquier forma, la Décima Copa de Europa para el Real Madrid. Ahora, a por la undécima.

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