sábado, 3 de mayo de 2014

El espíritu de Palop les lleva a Turín

Por Jon Fernández (@Mur_98)

¿Cuántas veces repetió Unai Emery en las entrevistas posteriores al choque aquello de que el espíritu de Palop les había ayudado? El técnico de Fuenterrabía recordó el gol del ex-arquero sevillista al Shaktar en incontables ocasiones. Algo parecido sucedió el pasado jueves en Mestalla. La única diferencia fue que el autor del tanto decisivo no era portero, sino centrocampista. Pero la emoción de los hispalenses era la misma.

Pizzi planteó la remontada perfecta. Salir con mucha intensidad para enchufar a la grada y marcar un gol en los primeros quince minutos. Pues esto el Valencia lo logró gracias al gol de Feghouli en el 14´. El Valencia empujaba y arrollaba a un Sevilla que no parecía tener claras las ideas. Y el segundo tanto tampoco tardó mucho en llegar, ya que antes del minuto treinta el 2-0 ya lucía en un Mestalla que, hoy sí, se llenó. Jonas remató al poste, y entre este y Beto lo metieron para dentro. No tuvo fortuna en esa jugada el arquero portugués.

M´Bia, héroe sevillista
El técnico argentino pidió entonces calma. La eliminatoria estaba igualada completamente, pero un gol del Sevilla era volver a colocarse a dos tantos de la victoria. Con empate en el global se llegó al entretiempo.

La ocasión más clara para los hispalenses fue una que tuvo Reyes casi a portería vacía, pero Diego Alves apareció de la nada para salvar a su equipo. El que sí marcaría entonces sería Mathieu. El francés, que recordó sus tiempos de lateral, no paraba de sumarse al ataque. Y logró su premio. El Valencia estaba ahora clasificado y restaban quince minutos. De juego real solo fueron dos o tres, ya que los chés no paraban de interrumpir el juego, incluso más de lo habitual en estos casos.

Pero el karma o quién sea hizo pagar estas constantes pérdidas de tiempo, y M´Bia, a la desesperada, anotó con la testa en el 94´tras peinar Fazio un saque de banda. Emery corría por la banda e incluso por el césped del propio terreno de juego. Todos se abrazaban en el bando visitante. Sin embargo, Mestalla parecía un velatorio. Como si no se lo quisieran creer.

Por lo tanto, el Sevilla jugará ante el Benfica la final de la Europa League, y, de esta forma, logra que su temporada, pese a empezar mal, pueda ser considerada como buena. Aunque llegados a este punto, no hay duda de que los de Emery lo darán todo para llevarse el trofeo.

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