Por Javier Lucas (@jlucasesteban)
El partido en St Mary's Stadium empezó con un Southampton de
capa caída que necesitaba volver a la senda goleadora tras 5 partidos
consecutivos sin marcar y un Crystal Palace enrachado con el entrenador Alan Pardew
al frente del equipo. Las águilas jugaron sin Jedinak, castigado con 4 partidos de
sanción por conducta violenta. Los Saints, por su parte, jugaron con un
Graziano Pelle en decadencia y muy venido a menos.
En la 1ª parte el Palace planteó el partido a la contra. La
poca presión que ejercía el equipo le permitía a Schneiderlin campar a sus
anchas y distribuir el balón como quisiera. Pero nadie acudía a ayudarle. El
partido cayó en demasiado balón largo y poco control por parte de los jugadores.
Forster, el portero del Southampton hizo una cantada que a punto estuvo de costarle
el gol. Koeman se mostraba preocupado porque el equipo no estaba bien. La 1ª
parte fue tan lenta que el primer tiro a puerta llegó en el 40' tras un saque
de esquina del Southampton. Los mejores del primer tiempo fueron Bolasie en el
Crystal Palace y Clyne y Mané en el Southampton.
En la 2ª parte, en el 48' llegó el primer tiro a puerta de las
Águilas. Puncheon pegó un zapatazo que Forster repelió con la rodilla. Zaha
intentó aprovechar el rechace pero la mandó al palo. En el segundo tiempo el
peligro lo puso el Crystal Palace y no es casualidad porque desde que Alan Pardew
llegó al equipo en enero, las Águilas habían ganado todos sus partidos fuera de
casa. La desesperación del Southampton fue tal que las pocas veces que llegaba
al área, protestaba jugadas de penalti inexistentes. Pellè no hizo nada durante
todo el partido y acabó sustituido en el 70'. El delantero italiano atraviesa
una profunda sequía goleadora y no marca desde diciembre. Cuando el
partido estaba destinado a terminar 0-0, Mané consiguió los 3 puntos para Southampton.
El senegalés aprovechó que el portero no había interceptado el disparo de Ward-Prouse
para marcar a placer, después de encontrarse el balón en el área pequeña. Fue
una bonita jugada colectiva que culminó con éxito.
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