martes, 29 de abril de 2014

Un Sevilla "Rakitic-o"

Por Jon Ander Alart (@jonan_saleroso)

El partido disputado ayer en San Mamés por los dos conjuntos que se disputaban plenamente el cuarto puesto que da plaza de Champions no dejó nada que desear, y mucho menos para los aficionados del Athletic. Con un primer vistazo podemos apreciar dos cosas: El magnífico estado de gracia de los rojiblancos esta temporada, y la dependencia que el Sevilla tiene del croata Ivan Rakitic. La verdad es que viendo lo de ayer, podríamos decir que este conjunto sin su jugador estrella, ni pincha, ni corta. Pero no le quitemos mérito a los ganadores. ¡Qué partidazo! Bueno, mejor dicho, ¡qué temporadón! Porque el partido se nos quedó corto. La ilusión que se respira en la villa hoy es casi la misma que hace dos años. El club bilbaino aventaja en 6 puntos al Sevilla, siendo este su máximo perseguidor, a falta de tres partidos, pero da la sensación de que la racha del Athletic no va a terminar aquí, ya que ha durado todo el curso.

Cabe añadir que el equuipo de Ernesto Valverde, ha igualado la mejor puntuación en la competición liguera de los leones, lograda en la campaña de 1998 con Luis Fernandez. Visto lo visto, es muy posible que se supere dicha puntuación. Tampoco hay que escatimar en elogios hacia el Sevilla. Ayer, no realizaron su mejor partido, solamente tuvieron momentos de lucidez cuando Rakitic salió al terreno de juego. Pero están cuajando una temporada extraordinaria, estando en las semifinales de la Europa League y quintos en la competición doméstica.

El partido comenzó movidito. Carlos Bacca reallizó el primer disparo, pero este se marchó desviado. Parecía que los andaluces iban a salir a por el partido. Pero esto no fue más que una imaginación. También pudo ser debido al daño que les hizo el gol de Markel Susaeta en el minuto cinco, lanzando un córner que entró olímpicamente en la portería de Beto. La estrategia de los de Emery estaba clara: aguantar atrás para lanzarse a la contra. Tal vez este tanto les trastocó los planes, pero siguieron fieles a sus planes sin cambiar nada, aunque no les fue efectivo. El Athletic tenía contra las cuerdas al rival, y estos no tenían escapatoria. Es cierto que hubo momentos puntuales en los que intentaba meter miedo, como la falta que estuvo a punto de rematar Kevin Gameiro. Pero no llegó a contactar con la pelota. Hasta bien entrada la primera mitad todo fueron posesiones y ocasiones de los locales. Gameiro lo volvió a intentar, pero Gorka Iraizoz, que está en un momento de forma increíble, logró palmear el esférico y arrebatárselo al francés.

Aduriz se quería unir, una vez más, a la fiesta. A punto estuvo de lograrlo en el minuto 40. Iraola centró desde la derecha, y el donostiarra remató de espuela, pero el tiro se fue un poco desviado. Con poco más se llegó al ecuador del duelo. Daba la sensación de que los visitantes debían realizar múltiples cambios si querían lograr algo. Emery no lo entendió así, saliendo al campo con los mismos jugadores y mismo planteamiento. Un atisbo de peligro tuvieron los sevillanos en estos primeros compases de la segunda mitad, pero los locales prefirieron no meterse en lios, y tras un centro espectacular de Iraola desde banda derecha, Muniain envió con su pie derecho el balón a las mallas de la portería de Beto. Este gol encarrilaba el partido. Parecía claro quien se lo iba a llevar, teniendo en cuenta que, además, el Athletic tenía el control de la situación. 

Hasta que en el minuto 65, Unai Emery metió al crack, Ivan Rakitic, en el terreno de juego. Era un poco tarde para la remontada, pero, ¿por qué no probar suerte? Nada más entrar el croata disparó, pero el cuero no encontró el arco de Iraizoz. Sin embargo, poco más tarde, Diogo fue expulsado por doble amarilla. El jugador dejaba tirado a su equipo por protestar una acción absurda. Nada más salir del terreno de juego, otro centro de Iraola, ¿quién sino?, lo remató Ander Herrera con la testa para hacer el 3-0.

Aduriz la tuvo para poner el 4-0 con un disparo potente con la zurda. Suerte tuvo Beto de que el cuero se fuera un poco desviado, porque era imparable. Con el duelo ya resuelto, el Sevilla logró el tanto de la honra. Una gran contra que acabó con un gran pase de Jairo a Gameiro, que finalizó de forma perfecta. 3-1. Era tarde para la remontada, así que nadie se puso nervioso. Poco mas sucedió en los instantes restantes.

El árbitro señaló el final, y los aficionados, emocionados, celebraron esta victoria que sabe a la mayor recompensa alcanzable a día de hoy, la clasificación para la Champions. No podemos dar nada por hecho, pero, allá a lo lejos, se empieza a escuchar el himno de la máxima competición en el Nuevo San Mamés, el campo lujoso -5 estrellas UEFA- del Athletic Club de Bilbao. Añadir, únicamente, el precioso mosaico realizado por los aficionados. Cosas así, emocionan de verdad. En Bilbao vuelven a ver la Liga de Campeones a la vuelta de la esquina. Un histórico que regresa a su lugar, podríamos decir.

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