jueves, 10 de abril de 2014

La trampa de Klopp

Por Jon Fernández (@Mur_98)

Esa trampa de la que tanto hablaron Jürgen y Carlo en los días previos al duelo de ayer en el Signal Iduna Park fue ayer llevada a cabo por el equipo alemán. Y Ancelotti, pese a haber hablado de ella, parecía no haberse enterado. El de ayer supuso su primer gran fracaso como técnico del Real Madrid. No supo plantear correctamente el choque, y eso estuvo a punto de costarle la eliminación al Real Madrid.

El Westfalenstadion rugía como siempre, o quizá más. Los 80.000 fieles borussers animaban ya desde el calentamiento. Un espectacular tifo y el himno de la Champions eran la antesala de un partido que, a priori, estaba ya decidido tras el contundente 3-0 de la ida a favor de los blancos. Además, había que tener en cuenta las innumerables bajas que tenía ayer el Borussia. Schmelzer y Subotic en la defensa; Kuba en el extremo diestro; y los cuatro medios centros del equipo. Gundogan y Bender están inmersos en lesiones de larga duración, Kehl causaba baja por sanción; y Nuri Sahin estaba muy tocado con una lesión en la espalda. Aun así, el turco se sentó en el banquillo para rellenarlo, ya que poca gente más podía ser convocada por el entrenador alemán. En el cuadro visitante, el portugués Cristiano Ronaldo no estaba disponible por problemas en una rodilla. También estuvieron ausentes por diversas dolencias Álvaro Arbeloa y Marcelo, los laterales titulares la pasada campaña en el Bernabeú.

Borussia Dortmund v Real Madrid - UEFA Champions League Quarter Final
Comenzó el encuentro muy bien para el Real Madrid, que poseía la pelota y no sufría en absoluto. Estos quince primeros minutos no fueron excesivamente entretenidos, ya que no veíamos peligro por ningún lado. Hasta que un centro de Coentrao tocó en el brazo de Piszczek y el trencilla indicó penalti. Sin Cristiano en el terreno de juego, el encargado de ejecutarlo fue Ángel Di Maria. Se resbaló en el momento de impactar el esférico con su pie izquierdo y Weidenfeller detuvo la pena máxima no sin dificultad, ya que a pesar del resbalón el balón no iba al centro de la portería. El Westfalenstadion comenzó a rugir de verdad en ese momento. Hasta ese punto en el tiempo simplemente habían estado calentando sus gargantas. La presión bien ejecutada de los de Klopp fue una de las claves del duelo. Xabi Alonso e Illarramendi firmaron un partido muy malo, y el de Modric tampoco fue bueno, ni mucho menos. El medio campo madridista no era capaz de sacar los balones con fluidez. Xabi se escondía y no hacía mucho por zafarse de su marca, y le dejaba la completa responsabilidad a Illarra, que se vio superado en todo momento. Además, la presión madridista era nula o igual a cero. Sin embargo, el Borussia no llegaba con claridad, hasta que en un balón largo que Pepe podía cortar con facilidad, el defensor portugués la lió. Despejó hacia atrás, intentando ceder el esférico a Casillas; y lo hizo sin mirar hacia atrás para ver que Reus corría hacía allí. Marco interceptó la pelota que viajaba hacia el arquero español. Iker salió del área y estuvo a punto de tocarla con la mano, pero pensó que era mejor retirarla y no ser expulsado que recibir un gol. Por lo tanto, Reus, casi a puerta vacía porque un defensa andaba por allí, puso el 1-0 en el marcador y la esperanza en el estadio entero.

Pocos minutos después, un error grave de Illarra, que estaba muy presionado, en una cesión hacia la defensa blanca, propició el segundo gol. El Dortmund lo aprovechó, Casillas realizó un paradón al disparo de Lewandowski, por lo que el esférico impactó en el poste, pero Marco Reus estuvo atento y marcó en el rechace. Con esta situación se llegó al entretiempo.

Entró Isco por Illarra antes de comenzar la segunda mitad, y todo parecía marchar mejor para la entidad madrileña con la entrada del malagueño. La grada pitaba el parsimonioso juego del cuadro de Ancelotti, que buscaba dormir el partido. Por momentos parecía que lo iban a lograr, pero el duelo volvió a girar a favor de los alemanes. El trencilla perdonó la segunda cartulina amarilla al tolosarra Xabi Alonso, y la grada volvió a enchufarse; si es que habían llegado a desconectar en algún momento. Aun así, el Madrid pudo marcar antes de llegar al fatídico minuto sesenta, pero Bale y Benzema fallaron una ocasión cada uno. ¿Por qué fatídico minuto sesenta? Porque desde ese mismo instante, desde el fallo de Karim, vimos los mejores momentos del Borussia. Con un Reus esplendoroso, una pareja de medios centros magnífica pese a su juventud y un gran Mkhitaryan, todo parecía posible. El propio jugador armenio tuvo la más clara del choque. Regateó magníficamente a Iker Casillas, pero con todo de cara para marcar, envió el balón al poste con la zurda. El Madrid se ahogaba en su área. Mkhitaryan de nuevo dispuso de una buena ocasión pero Iker detuvo el esférico. Un minuto más tarde, otro paradón de Casillas, esta vez a remate de Grosskreutz. El Santo realizó buenas intervenciones que salvaron a su equipo. ¿Las habría detenido Diego López? Quién sabe. Entonces, Ancelotti introdujo a Casemiro por Di Maria. A pesar de la rareza del cambio, su entrada propició la frenada de la constante ofensiva borusser. Él aportaba algo diferente, las ganas y la intensidad que el resto no sabían o no querían demostrar.

Hubo alguna ocasión más en ambas áreas, incluso entró Aubameyang por Piszczek a la desesperada, pero no hubo más goles. El Real Madrid accedió a las semifinales de la Champions con mucho sufrimiento. Quizá podríamos decir que Cristiano compró el billete a pesar de jugar solo uno de los dos choques. Bale decepcionó y se mostró egoísta, Benzema no anduvo fino; y la defensa y el medio campo, a excepción de Isco y Casemiro, no dieron la talla. En cambio, los jóvenes Kirch, Jojic y Durm deslumbraron, mientras que Reus realizó un gran partido. El Borussia sale muy reforzado moralmente de este duelo, mientras que al Madrid le surgen dudas de cara a la final de Copa que deberán jugar sin su estrella.

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