miércoles, 29 de enero de 2014

Paliza en el Derby de Merseyside

Por Pablo Fuste (@Pablo_Fuste)

La ciudad de Liverpool ardía de emoción antes del derby. Los dos clásicos e históricos equipos de Merseyside se enfrentaban en el mítico Anfield en una gélida tarde de enero con olor ya a febrero. Brendan Rodgers decidió salir con todo su arsenal ofensivo y sacó a Suárez, Sturridge, Coutinho y Sterling de inicio.

El Liverpool, como local, empezó más puesto en el partido que el Everton. Los 20 minutos iniciales se definieron con disparos sin peligro de los delanteros reds, Daniel Sturridge y Luis Suárez. Hasta que en un córner botado por el delantero uruguayo que fue directo a la cabeza del capitán; entre la defensa de Howard se elevaba Steven Gerrard como si del mismo Cristiano Ronaldo se tratase y colocaba el primero de la tarde. Para colmo, en esa jugada se lesionó Lukaku, que tuvo que ser sustituido.

Sturridge celebrando un gol
El resto de la primera parte fue vestida de rojo. Pues en el minuto 32, Daniel Sturridge, con su destacada sangre fría ponía el segundo para los locales con un gran disparo. El tercero fue una obra maestra. Una vaselina por encima de Howard sin ver donde estaba el portero. El mismo, Sturridge que en esa actuación recordaba a la leyenda gala Thierry Henry, acababa de marcar dos goles, haciendolo parecer tan sencillo como quitarle una piruleta a un niño. El Everton de Roberto Martínez no estaba en el campo. Salvo algunas actuaciones individuales, el equipo blue no era rival para el Liverpool. Pero todavía quedaban 45 minutos e iban a intentar remontar.
 
Los toffees salieron con mucha intensidad en la segunda mitad. Pero El Pistolero acabó con las esperanzas del Everton con un certero disparo. Jagielka erró en el medio campo, Suárez robó el esférico y echó a correr. Perseguido por los dos defensas centrales de los visitantes, Luis Suárez se escapaba con el balón hasta enfrentarse a Howard y batirle con un tiro raso y cruzado. El uruguayo volvía a marcar. 

Pero el espectáculo no había concluido. Sturridge caía en el área y el arbitro no dudaba en señalar la pena máxima. El mismo Daniel Sturridge, que buscaba el hat-trick, fallaba ese penalti. Logró engañar al guardameta pero envió el balón por encima del larguero. El partido transcurría de forma tranquila. El Liverpool cómodo sobre el campo y el Everton intentando hacer renacer las mínimas opciones de remontar. Pero cuatro goles era mucha carga para los toffees. El partido no daba mas de sí. El espectáculo que dio el Liverpool dejó a los jugadores fundidos y no ponían mucho interés en golear mas a su eterno rival. Por el otro lado, el equipo de Roberto Martínez estaba demasiado hundido para intentar recortar distancias. Anfield cantaba alegremente. El derby de Merseyside se tiñó de rojo este año. Rojo pasión, rojo Liverpool.

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