sábado, 11 de julio de 2015

Hasta siempre, Iker

Por Javier Nadal (@JavierNadal_)

Me levanto un 11 de julio y es entrar en Twitter y leer tu nombre. Muchos lo hacen para despedirse de uno de los mejores porteros que éste gran deporte nos ha dado. En cambio, otros (no tantos) lo hacen contentos, alegrándose de la marcha de un traidor, mal capitán y un largo cía. Es la historia, una historia triste digna de estudio que ha provocado la salida de Iker Casillas.

Es difícil dictaminar en qué momento justo fue cuando empezaron todas esas críticas y ese desencuentro por parte de una parte del madridismo contigo. Muchos dicen que fue a raíz de la llamada a Xavi. Pero esa crítica la podríamos considerar como un halago si viéramos todo lo que ocurrió meses después. Una situación que a día de hoy todavía perdura. Otros, en cambio, consideran que toda ésta historia tiene un culpable. Sí, aquel portugués que se fue hace más de 2 años y que dejó una huella que todavía perdura en algunos, pero que otros muchos le culpabilizan de la división que por mucho que parezca todavía hay en el madridismo.

De lo que no hay duda, Iker, es que para todos fuiste el mejor portero del mundo, y no voy a decir el de las paradas imposibles, porque no quiero hacerte el pelota ni defenderte como tanto han hecho tus amigos periodistas que tanto te han perjudicado. Sí, perjudicado. Perjudicado porque fueron los mismos que te utilizaron para hacer la mayor campaña que mis ojos pudieron ver hacia alguien (supongo que ya sabréis a quién me refiero). Perjudicado porque por cada parada normal que hacías, era significado de comentarios casi siempre exagerados y sobrevalorados. Una vez fuera y ya con Carletto, tus “amigos” volvieron a la carga. Esta vez, para hacer campañas a tu favor hasta que no te hicieras con la titularidad en la portería. Y por eso y entre otras cosas, luego muchos te querían fuera del club. Te querían fuera por las filtraciones, porque no les representabas y porque te consideraban culpable o uno de los culpables del fin de Mourinho en el Real Madrid.

No voy a excederme, Iker, porque podría hacer un libro y contar toda tu vida en la que has estado en éste club. Nada más y nada menos que 25 años. Dos Eurocopas y un Mundial con la selección española, varios títulos con el club de tu vida y un reconocimiento a nivel individual por parte de todo el mundo. Pero de eso ya hace tiempo Iker. Todo tiempo bueno tuyo fue pasado. Pudiste haber salido mejor del club al ganar la Décima pero no quisiste, y ahora pagas por ello. Me da lástima que salgas así del club, pero por desgracia tuya te ha tocado a ti. Te ha tocado pagar todos los errores que cometiste en éstos últimos 4 años. Tal vez demasiados, Iker. Demasiados para un deporte que no tiene memoria.

Un Mundial, dos Eurocopas, una llamada, dos entrenadores (especialmente uno), un entorno, unas amistades, una relación, una forma de ser, un cuerpo técnico, unos compañeros, unos rivales, una suplencia, una lesión, una afición, muchísmos nombres, un largo cía y una historia que día tras día fue arrasando con todo y que, para bien o para mal, te despedirán.

Hasta siempre, Iker.

No hay comentarios:

Publicar un comentario